También hay hombres maravillosos que llegan a nuestra vida, te agarran de la mano y te dicen ¡vamos quiero caminar contigo!
Bendito el hombre que llega sin malas intenciones y con sinceridad a la vida de una mujer…
Aquel que le brinda seguridad y la hace sentir hermosa, sexy, inteligente, que la hace su cómplice de locuras, pero sobre todo la hace sentir amada, respetada y deseada…
Bendito sea ese hombre que le brinda más cariño que problemas, el que se gana a pulso su confianza y es capaz de ayudarle a restaurar sus heridas…
Aquel que no llega con mentiras ni traiciones, el que aún sabe ser un caballero y tiene claro que el romanticismo no pasa de moda…
El que no llega a hacer llorar y ayuda a limpiar sus lágrimas, el que sabe que su relación es una prioridad y la resguarda como un tesoro…
Ese varón maduro que no necesita andar conquistando cientos de mujeres para disfrazar su baja autoestima, porque sabe que un verdadero hombre es capaz de convertir a su pareja en su mujer, su amiga y amante…
Aquel que puede ser tan rudo como tierno, tan apasionado como cursi, tan loco como cuerdo…
Bendito sea ese hombre y bendita la mujer que lo valore y le corresponda de la misma manera, porque sabrán que han encontrado su alma.