LA LIBERTAD SE ENCUENTRA DENTRO DE NOSOTROS MISMOS

No somos un cuerpo, somos una mente. A medida que vamos entregando más sentimientos y creencias tomaremos conciencia de que tampoco somos la mente, somos aquello que esta experimenta, las emociones y nuestro cuerpo.

Si nos observamos internamente, nos daremos cuenta de que hay algo que se mantiene igual, pase lo que pase en el mundo exterior o en el cuerpo, tus emociones o tu mente. Esta conciencia viene acompañada de un estado de libertad total.

Nos hemos equipado erróneamente con los fenómenos externos de la vida, el cuerpo y sus experiencias. Obligaciones, trabajo, cargos, cargas, actividades, problemas y los sentimientos …. No obligamos y asumimos responsabilidades que no son nuestras por mantener fidelidad a nuestras creencias, a nuestra familia etc.


Si entregamos los pensamientos, sentimientos y actitudes negativas retomamos el poder que habíamos entregado al mundo exterior. Cuanto más liberados estemos del glamour que le hemos dado al mundo, empezaremos a amar al otro por lo que es en realidad, no por lo que pueda hacer por nosotros y no trataremos de ganarnos a nadie.

También desaparecerán los miedos a la soledad. Una persona entregada ya no necesita de los demás para sentirse plena, pero en cambio estará con ellos porque elige el amor y comparte su felicidad con ellos.

Entonces y sólo entonces ¡seremos independientes del mundo exterior cómo la fuente de nuestra satisfacción!

 

 

 

 

 

 

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