Sonrisas que emiten chispas de felicidad que van contagiando como un virus de alegría todo a su alrededor.
Sonrisas que son como destellos de luz en medio de la noche o tal vez como manantiales de agua cristalina, porque reflejan la transparencia y la belleza del alma de quién nos las brinda.
Sonrisas que se vuelven mágicas, de esas que a su andar van pintándolo todo de colores.
Sonrisas que son como cascadas de pétalos, como pequeños brotes de amapolas floreciendo en el desierto.