EL HILO ROJO DEL DESTINO …

Hace mucho, mucho tiempo, en un reino vivía un joven emperador que soñaba con conocer a quién sería la mujer que estaba destinada para él.

Hasta que un día llegó a los oídos de aquel joven emperador, el rumor de que en una de las provincias más lejanas de su reino, vivía una bruja que era capaz de poder ver los hilos rojos del destino.

Al enterarse de aquel prodigio, el emperador hizo llamar a aquella bruja a su presencia.

Al poco tiempo la bruja se presentó ante el emperador, y este le dijo que si era verdad que ella podía ver el hilo rojo del destino.

Que de ser así, siguiera el hilo que partía del meñique del emperador y lo llevara al otro extremo del mismo, donde se supone encontraría a la mujer que habría de convertirse en su consorte.

La bruja accedió, y ella comenzó a seguir el hilo.

Tras recorrer un largo camino que, finalmente llevó a la bruja y al emperador a un humilde pueblo, terminaron llegando hasta donde estaba una pobre campesina con un bebé en brazos.

La bruja se detuvo frente a la mujer y la hizo ponerse de pie, luego llamó al joven emperador para que se les acercara, allí le dijo: – Aquí termina tu hilo.

Al escuchar aquello y ver aquella andrajosa mujer, el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja.

Furioso, empujó a la campesina que, aun llevaba a su bebé en los brazos, la hizo caer, haciendo que la criatura se hiciera una gran herida en la frente, luego el emperador ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza como castigo por su ofensa.

Muchos años después, llegó el momento en que el emperador debía casarse y aunque el tenía el corazón destrozado, por la desilusión de aquella bruja, porque pensó que había sido engañado, sabía que tenía que cumplir con su deber.

Así que, se le había recomendado que desposara a la bella hija de un general muy poderoso.

El emperador aceptó, sin esperanza alguna de conocer realmente a la mujer que estaba predestinada para él.

Al poco tiempo llegó finalmente el día de la boda, además del momento en que el emperador vería por primera vez la cara de su futura esposa.

La dama entró al templo para la ceremonia nupcial, vistiendo lujosamente, con un velo cubriendo totalmente su rostro.

Frente a frente, los esposos se preparan para verse por primera vez, cuando el emperador levanta el velo y descubre finalmente el rostro de su consorte, un rostro que resultó indudablemente hermoso como se esperaba, pero con un curioso detalle, para asombro del emperador. En la frente de la bella joven había una notable y particular cicatriz.

Era la cicatriz que el mismo emperador había provocado al no querer ver el destino que se había presentado justo frente a él.

La joven esposa resultó ser aquel bebé que había sido arrojado al suelo, en brazos de su humilde madre.

Esta leyenda oriental nos dice que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, no importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo…

“El hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá». Su dueño es el destino.

2 comentarios sobre «EL HILO ROJO DEL DESTINO …»

  1. Mercedes Villarroel

    Hola Mari, me ha encantado ,así es ,eso es el destino y es real ,yo a Manolo lo conocí en el pueblo cuando iba con mi abuela q a su vez era el pueblo de mi madre y no me fijé en el ,Paso el tiempo ,el se fijo en mi en una discoteca de Alcalá pero yo en el no me fijé ,pero fuimos hablando y quedando y al final mira 32 ,años casados y dos hijos.😂, por eso el destino si existe.Un beso mu fuerte 😘😘😘😘,y muchas gracias.

    • Terapias Alternativas Naturales

      No se puede luchar con lo que el destino nos depara. Un abrazo muy fuerte 😘😘😘

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