Dicen que hay personas que llegan a tu vida por algo, todas son especiales pero algunas dejan huella marcada en lo hondo, dicen que de todas se aprende, dicen también que algunas son como ángeles disfrazados, iluminan tus días y hasta le dan un sentido. Parecería que te conocen desde siempre y no hace falta mucho para crear un vínculo fuerte…
Y un día así como cualquiera, sin pensarlo, ni planearlo, sin saberlo, ni creerlo, te topas con una persona especial, la miras o lees o escuchas, sin que pase mucho tiempo te das cuenta que te entiende, que te mira y te interpreta, que no hace falta dar muchas vueltas y sientes que desde algún mágico lugar la mandaron o simplemente estuvo siempre ahí esperándote y que todo lo que soñaste, anhelaste, pediste se resume con su sola presencia.
Descubres que lo que pensabas no era tan loco, ni tan improbable, ni tan irrealizable, que hay almas que se encuentran en el momento justo como tú y yo sin preámbulos ni movimientos pensados.
Y la vida da un giro y este ángel camuflado se queda cerca tuyo y acompaña tu camino y tu el suyo, juntos se convierten en una gran historia, un gran amor que te da día a día vida donde compartir no tiene filtros, ni poses, ni roles, casi sin darte cuenta empieza a calmar tus miedos y abrazar tu vida…
Y éste ángel bien disfrazado de humano, te hace dar cuenta que todo lo que querías y necesitabas no estaba tan lejos, sino bien escondido, expectante, esperando el momento justo para entrar en escena y cambiar definitivamente la trama de tu historia. Él te hace ver que el amor existe, el amor bendito que siempre esperaste de niña, ¡existe y es mágico!??