Mira, siente el amor que hay en tu corazón, observa la lucecita, que aunque a veces brilla muy tenuemente, nunca deja de brillar.

Cuando creas que nadie camina contigo, confía en tus Ángeles y Guías, que aunque a veces no los puedes escuchar ni ver, siempre caminan contigo, pisando sobre tus huellas y adelante guiando tu andar.

Cuando todo lo veas gris, mira hacia dentro, el hermoso cristal arcoíris de tu corazón resplandece con todos los colores de la luz.

Cuando sientas que has cometido más errores que aciertos, siente en tu corazón que en realidad no existe el error. Que todo es aprendizaje y como tal, hoy y siempre estas aprendiendo a ser mejor cada día.

En todo momento, somos luz. Luz que brilla con todos los colores. Luz que aprende y crece a medida que se apaga y enciende. Luz que ante todo busca volver a la fuente original que la creó… y esa fuente, es puro amor, es compasión. Entonces, si la creación nos ama tanto, ¿porque habríamos de culparnos, condenarnos y sufrir?

Atrévete a ver la luz de tu corazón, te sorprenderás de su magnificencia y por fin, podrás agradecer el simple hecho de, en el aquí y ahora..