ASÍ ES, TODO SE SUPERA …

Hace un par de días me dijo «hola, nos vemos»… Y me emocioné como una tonta.

Yo le escribí y no leyó mi mensaje, solo esperé a que él contestara. Así estuve hasta ya muy avanzada la noche, y su mensaje nunca llegó.

No sentí a qué hora me quedé dormida, lo último que recuerdo es que él seguía en línea, me sentí tan mal y tonta. Me sentí ridícula.

Al otro dia, con todo el dolor borré sus mensajes, aunque tenía la vaga esperanza de que él respondiera, pero no lo hizo.

Seguía viendo que estaba en «línea».

¿Cómo pude ser tan ilusa? Y yo que creía que me escribiría, que de verdad me quería.

Después de todo el daño que me hizo, aún esperaba que me hablara.

Pasaron un par de días más y al fin la respuesta que tanto esperaba, contestó con un:   «¿Cómo has estado?, ¿Me extrañas? Perdóname, te sigo amando» …

Yo no sabía si saltar, gritar o llorar o simplemente dejarlo en visto. Me quedé boba  entre lo que quería hacer y lo que no, él seguía en línea.

Me atormentaba saber con quién más platicaba, pensé mucho y al fin contesté lo siguiente: «Hola, estoy excelente» El contestó con un 👍 y yo nuevamente me sentí tonta. Entonces decidí enfocarme en mí.

No me había dado cuenta el tiempo que perdí con él. Mientras él seguía disfrutando cada segundo, yo me deprimía por él, y de paso me había hecho ideas tontas y sin sentido.

Decidí peinar mi cabello, me arreglé para mí, cogí mi celular mis audífonos y me acompañó un libro… ¿De amor? Bah, obvio no, escogí uno que hablaba de todo menos de amor.

Me sentía tan bien que me olvidé un momento del  por qué estaba yo allí, sentada leyendo un libro sola sin nadie a mi al rededor.

Lo repetí un par de días más y sin darme cuenta me enamoré de las letras que leía cada día, me enamoré de la música, me enamoré de mí misma…

¿Qué pasó con él? No lo sé, desactivé mis datos en esos días.

Después de un par de semanas el dolor había disminuido, y decidí reusar mi celular, tenía mensajes de él, donde me decía lo linda que me veía aquella tarde.

Después me invitó a tomar un café. Y obvio no hubo respuesta de mi parte, pero lo más curioso era que ya no me emocioné.

No tuve ganas de contestar, así que solo cerré el chat, me hice un café y me volví a sentar a leer mi libro.

Me intrigaba saber el final de mi historia, escogí una de terror y en eso mi móvil sonó. Era él…

Debo reconocer que me quedé perpleja observando el nombre, era él, ahora era él el que insistía. No contesté, continúe mi vida.

Sin darme cuenta ya lo había superado, y no era con otra persona, era porque me enamoré de mí, de las letras, de la música, me enamoré de mi tiempo.

Y así fue, empecé a ocupar mi tiempo en mis pasatiempos favoritos ¿y él..?

No lo sé, me buscó algunas semanas, y sin respuesta hasta que sin querer coincidíamos, que destino tan traicionero primero dijo no, y ahora dice que sí. Pero ya no lo veía con ojos de amor.

Así que solo le dije, cuando tengas una oportunidad, no la desperdicies, la vida solo la da y una vez, y me fui.

Lo último que vi, fue una lágrima rodar por su rostro.

Duele la despedida, pero ¡todo se supera!

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