Ser bello, no es tener una cara preciosa, ni una figura agraciada. La mayoría de la gente bella no tiene idea de que lo es.

Las personas bellas irradian luz. Generalmente han sufrido mucho, sin embargo reaprendieron a sonreír y cuando lo hacen, iluminan al resto.

No son perfectas, tienen sus días de tormentas internas pero cuando están en calma, tienen la magia de calmar los tsunamis y los dolores ajenos. Cuando estás con ellas, todo duele menos.

Las personas bellas abrazan y son refugio. Tienen el poder de reacomodar las almas con ese simple gesto, y cuando lo hacen, cuando abrazan, lo hacen fuerte y entonces sabes que no estás sola.

Las personas bellas, empujan, levantan, insisten hasta el cansancio para sacarte de los pozos en los que caes. No se van, ellas no se dan por vencidas aunque las saques de las casillas. Se quedan sin importar cuánto te resistas a su ayuda, harán lo que haya que hacer pero no te dejarán darte por vencida.

Las personas bellas son sensibles, que no significa que lloren por todo, sino que les importan las otras personas, que se preocupan por los otros, que muchas veces se postergan o esconden sus propios demonios para que tu vida sea un poco más feliz.

Las personas bellas, celebran los logros ajenos porque saben que hay estrellas para todos y se amargan cuando las cosas te salen mal porque quieren que brilles siempre.

Las personas bellas llevan su propia mochila, sin embargo siempre intentarán que la tuya pese menos…